En el caso de Poncho no es de extrañarse, su familia es de reconocido abolengo panista y siendo un presidente municipal priista apoyó a distinguidos militantes del PAN en cargos administrativos y como nadie le dijo nada e hizo lo que quería, después ayudo a que Lety Salazar Vázquez ganará la alcaldía, quien luego le correspondió su ayuda con favores y puestos para algunos de sus amigos, socios y cómplices.
Así de ese nivel son los principios con que Poncho Sánchez se maneja en el panorama político y por misma razón, ahora apoya a Morena quien con esto se confirma que se está llevando la mugre que el PRI está dejando regada por todo el estado.
Es por ello que en la pasada asamblea municipal priista, algunos militantes le gritaron traidor y aunque nos dicen que sólo se sonrojó, ni siquiera se inmutó, hizo como que no prestaba atención y siguió sentado porque su desfachatez, deshonestidad y vulgar ambición no tiene límites.
De tal manera, que cuando le preguntaron sobre su presencia en el evento del aspirante panista a la candidatura presidencial, Poncho Sánchez, dijo que había asistido por invitación de sus amigos, Ramón Antonio Sampayo y Jorge Almanza, quienes son reconocidos panistas de Matamoros.
Sin embargo, no es de extrañarse, Sánchez Garza no le tiene respeto al PRI y a su militancia, porque se vinculó a este partido político por los intereses que se manejan en la política y la relación que la familia de su esposa tiene con el poder.
Es por ello que Sánchez Garza no tiene escrúpulos ni conoce el respeto que le debe al PRI, ya que todo lo que ha sido en la vida política se lo debe y ahora que se encuentra en la derrota, busca abandonar el barco hundido como las ratas al sentirse perdidas y sin adonde ir.
Lo más grave del asunto es que el presidente municipal, Jesús “Chuchín” de la Garza Díaz del Guante, al darse cuenta de lo sucedido a Poncho Sánchez, publicó en su cuenta de Facebook:
“No podemos permitir que haya fisuras en nuestro partido, ni a nivel nacional, ni a nivel estatal, ni
mucho menos a nivel municipal”.
¿Qué tal? Esto confirma que la cúpula del PRI en Matamoros camina en un sentido muy diferente al de la militancia, pero esto también sucede en todos los municipios de Tamaulipas y es lo que llevó al tricolor a sufrir la derrota el pasado proceso electoral.
Esto ratifica que Chuchín defiende a Poncho pero no está fuera de lugar, ya que el presidente municipal de Matamoros tiene una gran simpatía por el PAN y es posible que en la próxima elección se deje ganar, si es que antes no reaccionan los verdaderos priistas e imponen a otro candidato que realmente quiera a su partido.
En fin, el PRI en Tamaulipas vive momentos cruciales y su militancia está descubriendo, con cierta sorpresa, que sus distinguidos militantes son priistas empanizados, que sólo utilizaron a su partido para enriquecerse a costa del gobierno y al amparo de la impunidad.
Que se olvidaron de su partido y que nunca respetaron a la militancia, porque siempre hicieron lo que quisieron con ella, y aun lo siguen haciendo.
Si en el PRI se busca un cambio real, tiene que poner en práctica la consulta a las bases, a la participación democrática de sus militantes, quienes ya están hartos de ver que siempre son los mismos los que ocupan las candidaturas y a su partido, únicamente lo utilizan para mantener los privilegios que les ofrece el estar en el poder.
Es tiempo de cambiar, es tiempo de que la cúpula en el poder del PRI, si es que aún existe, se someta a la autocrítica y ya no se sigan auto-engañando, porque de nada les servirá si al final de cuentas se alejan cada vez más de quienes realmente los han puesto donde están, que es la militancia y a ellos se deben, aunque no quieran reconocerlo.