sábado, 19 de noviembre de 2022

¿Quién gobierna Tamaulipas?


Tragicomedia de la vida pública en Tamaulipas, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Recopilación de trascendidos, rumores, chismes y arguendes que circulan por los pasillos del poder, cafés, antros, fiestas de cumpleaños, carnes asadas y funerales. Todo puede ser verdad o mentira, depende del cristal con que se mira.

Por Oscar Contreras

En las primeras dos campañas de Andrés Manuel López Obrador como candidato a la presidencia de la República (2006 y 2012) recorrió Tamaulipas solo con sus colaboradores, los dos o y tres dirigentes de la izquierda que había en el estado y uno que otro de sus simpatizantes. A sus reuniones y mítines en las plazas públicas iba poca gente y quienes acudían a escucharlo eran fichados de inmediato como opositores por los gobiernos priistas.

En ese entonces, nunca nadie vio al doctor Américo Villarreal Anaya acercarse a saludar a López Obrador, desconocía que su padre siendo subsecretario de Recursos Hidráulicos en el gobierno del presidente Miguel de la Madrid Hurtado, le había dado su primer trabajo en el gobierno federal en la zona de la Chontalpa en Tabasco. Y aunque lo hubiera sabido, Villarreal Anaya ni por equivocación iría a saludarlo, en ese momento, ese detalle le hubiera ocasionado una llama de atención; que lo renunciaran de su cargo en el sector Salud o le quitarán los privilegios que tenía por ser hijo de un ex gobernador de Tamaulipas.

Sin embargo, habría que aclarar que al doctor Villarreal Anaya nunca se le vio interés por participar en la política, se le veía muy cómodo con su trabajo en el gobierno, en su consultorio, con sus ranchos, ventas de productos médicos e implementos para la salud, así como su afición de senderista y la fotografía.

Por ello, los dirigentes del PRI no lo invitaban, se mostraba ajeno y apático a participar, pero desconocían que, en el fondo, pero muy en el fondo, sí aspiraba a ocupar un cargo de elección popular, el recuerdo de su padre como gobernador le movía ese interés y ahora sabemos que era un aspirante plurinominal en potencia, tenía ese perfil, pero nunca busco esa posición y ni siquiera se lo comento a los priistas.

De tal manera que sus deseos por entrar a la política parecían frustrados, nadie del PRI lo tomaba en cuenta, aunque sabían que sólo con su nombre atraería a los americanistas que aún quedan en estado y pasaron casi 30 años desde que entro al gobierno estatal a trabajar para que, de pronto, un buen día a finales del 2018 lo contactaron para invitarlo a saludar a López Obrador en su paso por Ciudad Victoria como aspirante de MORENA a la candidatura presidencial, así que lo convencieron y lo hizo.

Américo sabía, por la información que salía todos los días, que el tabasqueño tenía muchas posibilidades de ganar debido a los evidentes actos de corrupción que desde el inicio del sexenio marcaron al gobierno de Enrique Peña Nieto. Así que ahí AMLO le platicó lo que su padre había hecho por él, que guardaba un buen recuerdo de su persona, como funcionario honesto e íntegro y un ingeniero conocedor como pocos sobre la materia hidráulica en el país.

En ese momento, por lo apretado de la agenda no pudieron concretar nada, pero establecieron la comunicación y una reunión para otro momento. Sin embargo, le propuso que fuera candidato de MORENA a Senador de la República y aceptando, tendría su compromiso de hacerlo candidato a gobernador, pero después de ganar la presidencia de la República.

Ahora sabemos que AMLO aprovechó sus recorridos, como aspirante de MORENA a la candidatura presidencial por el país, para platicar con los posibles aspirantes que su equipo ya tenía estudiados y lo principal, es que buscó personas que fueran conocidas, notables o con trayectoria en sus estados, que fueran una marca reconocida, no le interesaba conocer su pasado, si habían participado con el PRI o PAN, si eran delincuentes o si no tenían experiencia en la política, para legislar o conocían el ejercicio de gobernar.

Es más, no le importaba tener el perfil psicológico o criminal de cada uno de los personajes invitados a participar, sabía que no podía cometer errores en el momento de elegir a los candidatos al senado y a la diputación federal y lo importante es que todos fueran conocidos, por lo que eso lo aplico no tan solo para Tamaulipas sino también para el resto del país, esta era su última candidatura presidencial y tenía que seleccionar muy bien a sus candidatos que le iban a garantizar el triunfo electoral.

El doctor Faustino López Vargas, un viejo compañero de trabajo de Américo fue el responsable de llevarlo a platicar con Andrés Manuel López Obrador a la Ciudad de México en la colonia Roma y ahí mismo, después de haber analizado, platicado con su familia y sus pocos amigos, el doctor Américo Villarreal aceptó la propuesta de AMLO de ser candidato de MORENA a senador por Tamaulipas.

De la entrevista que tuvieron solo unos cuántos se enteraron, Faustino quien después sería suplente de Américo Villarreal, pero quien ya murió siendo Senador de una manera trágica, algo inexplicable y sospechosa; el senador Ricardo Monreal, quien se ha convertido en un “aparente” opositor del presidente y MORENA, así como uno que otro de los colaboradores de AMLO quienes no conocían al doctor, pero a través de las encuestas y los testimonios que habían recabado en el estado previamente, les quedaba claro que era el candidato ideal para representar a MORENA en Tamaulipas.

Al doctor Américo Villarreal Anaya aunque nunca había participado en una elección lo avalaba su nombre, la trayectoria e imagen que su padre dejó en el estado y se sabía que su presencia en el escenario político estatal motivaría la participación de los priistas tamaulipecos y de miles de ciudadanos que aún recordaban a su papá el ingeniero Villarreal Guerra por su honorabilidad, seriedad para gobernar y responsabilidad en el manejo de los recursos, así que volverían a darle su respaldo, pero ahora por MORENA y lo harían con su hijo, quien es su único heredero.

De tal manera que cuando Andrés Manuel platicó con Américo y se dio cuenta que el hijo del ingeniero era el candidato ideal y, además, al darle la candidatura al Senado de la República y luego la gubernatura, le estaría pagando a su padre el apoyo que le dio cuando nadie creía en él por ser un joven impetuoso e idealista.

Por ello, decidió que no sería uno de los militantes de MORENA, ni del Partido del Trabajo o del Verde Ecologista, ninguno tenía el perfil ganador que buscaba, eran pequeños y muy locales como para levantar el interés de la clase política estatal y en especial, la del PRI, que en ese momento estaba relegada por los panistas en el poder y si MORENA tenía a uno de los suyos como candidato, de inmediato sin pensarlo y en represalia contra el PAN lo apoyarían.

La realidad es que Andrés Manuel López Obrador siendo un lagartón de la política, marullero y mentiroso, sabía que teniendo al hijo del ingeniero Américo Villarreal Guerra como aliado de su proyecto político, los tamaulipecos cambiarían la percepción que tenían de su persona como político y con este aval tendría su apoyo para la candidatura presidencial. AMLO sería el más beneficiado, en las pasadas elecciones presidenciales los votos que había obtenido en Tamaulipas no le daban ni el 10% de la votación general y tener en las filas de MORENA al heredero el ingeniero convertían a esta organización política en incluyente, plural, más competitiva y con muchas posibilidades de convertirse en ganadora.

Y así sucedió, Américo Villarreal Anaya ganó la elección al senado por MORENA con 609 mil 164 votos, pero le ayudó a ganar a Andrés Manuel López Obrador la candidatura presidencial en Tamaulipas y obtuvo 786 mil 210 votos, cifra nunca antes alcanzada por algún candidato a la presidencia de la República en el estado y de esta manera, el compromiso entre AMLO y AVA quedó establecido para que, en la elección estatal, el doctor Villarreal Anaya fuera el candidato de MORENA al gobierno estatal y luego gobernador de Tamaulipas… continuará.

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