Después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador redujo el personal del gobierno federal, sueldos a los principales funcionarios públicos, recortó participaciones a gobiernos estatales, acabó con programas, subsecretarias y dependencias, ahora va por los recursos federales que reciben los municipios en el país. Estas medidas se escudan en la austeridad republicana, su lucha contra la corrupción, pero parece más bien una estrategia para controlar todos los niveles de gobierno del país, desde Palacio Nacional y aunque no lo acepte busca instaurar lo que parece una dictadura.
López Obrador justifica su proceder por los 30 millones de votos que recibió en la pasada elección y que respaldan sus decisiones lo cual le permite reducir el gobierno federal, controlar las participaciones estatales y ahora todo indica que hasta las municipales. Así el presidente municipal de Nuevo Laredo, Enrique Rivas Cuellar, lo ha dado a conocer al informar que el gobierno federal sigue aplicando recortes presupuestales a su administración afectando con ello, su economía a pesar de la intensa pandemia que se vive por el Coronavirus Covid-19.
Pero bueno, si el presidente está obsesionado en seguir recortando los recursos estatales y municipales, es seguro que cada vez les entregará menos y esto vuelve necesario y urgente, que se realice una Convención Nacional Hacendaria, para que se reestablezcan reglas en la distribución de los recursos e imponerle a López Obrador límites porque no puede hacer con el dinero público lo que le venga en gana y cada vez que lo requiera, ya que de otra manera los gobiernos municipales empezarán a tener problemas por no atender las demandas y necesidades de la gente.
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