Si César “El Truco” Verastégui y Chucho Nader buscan la candidatura de Acción Nacional al gobierno de Tamaulipas tienen que hacer cambios en la dirigencia estatal de Acción Nacional, porque El Cachorro y su equipo ya demostraron su incapacidad para ganar teniendo todo a su favor.
La presencia del Cachorro en el PAN es sinónimo de fracaso y desconfianza, y sí continúan al frente de este partido pudieran hacer lo mismo que hicieron en esta pasada elección… perder.
Así que los mismos militantes panistas deben de exigir la renovación completa de la dirigencia estatal, porque sólo así Acción Nacional en Tamaulipas volverá a generar la confianza perdida en sus dirigentes.
Sí el PAN para la elección no cambia su estructura dirigente los militantes y seguidores, sabrán hacia donde los llevan y esto significaría el derrumbe de Acción Nacional en Tamaulipas.
De igual manera el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca debe sacar del escenario político al
senador Ismael García Cabeza de Vaca y su grupo de operadores, ya demostraron con la derrota en toda la frontera que no tienen la suficiente capacidad para el trabajo político.
Y como dicen los cronistas del futbol: la tuvieron, fue suya y cuando pudieron meter gol y ganar el juego, perdieron. De igual manera perdieron la confianza de la militancia y de sus simpatizantes, porque existe la sospecha de su entrega a MORENA.
Y es que son varios los candidatos de MORENA que no hicieron campaña, ni eran conocidos por los electores y de manera sorpresiva lograron la victoria sin haber sudado la camiseta e invertir un peso en sus campañas lo cual fue inaudito e increíble.
Por otra parte, Acción Nacional si quiere ser un partido más competitivo tendrá que diseñar una nueva campaña, un nuevo mensaje y destacar lo poco o mucho que en estos años ha conseguido el gobierno estatal.
Finalmente, se tiene muy claro que el proceso electoral del 22 ya inició y sí los panistas buscan continuar al frente del gobierno estatal, tendrán que mejorar sus relaciones con la sociedad, sus organizaciones y los grupos productivos, convertirse en sus interlocutores y cumplir con los compromisos que aún quedan pendientes. Ni más ni menos.
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