El gobernador de Victoria, Américo Villarreal Anaya, hizo una pausa en sus actividades humanistas para ir a Matamoros y festejar el día de la Mujer organizado por el gobierno de Mario “La Borrega” López, precisamente 24 horas después de que había estado en la Ciudad de México informando sobre el secuestro y asesinato de los norteamericanos que provocó opiniones de la Casa Blanca y el Consejo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos.
Esta gira por Matamoros causó cierta sorpresa entre la gente de este municipio, ya que unos días antes empresarios, comerciantes, políticos y líderes sociales, pedían ver a Villarreal Anaya para exponerle una serie de problemas y demandas que muchas de las cuales tienen que ver con la inseguridad con que viven y realizan sus actividades productivas.
Sin embargo, sabemos que no lograron verlo y exponerle sus peticiones, ya que en casi todas las giras que realiza, no platica con nadie, ni permite que le den a conocer sus demandas de viva voz, eso lo tienen que ver con alcaldes y sus colaboradores, quiénes a su vez, a través de una tarjeta informativa la hacen llegar a su chilango secretario ejecutivo, pero si quieren darle velocidad, pueden verlo con su hijo, quien actúa como vicegobernador.
El tema es que aparte de que no atiende a nadie en las giras, en esta ocasión lo iban resguardando 300 militares; más su guardia personal que es de 100 elementos y por supuesto que, por su esposa, que con el debido respeto que se merece, vale por otros 150 guardias, ya que lo cuida de la gentuza naca y fea que solo se la pasa criticándolo. Así que todo esto impedía verlo y difícilmente la gente del sector productivo de este municipio le iban exponerle las necesidades con tanta seguridad.
Y claro, ya envalentonado en su mensaje dijo: “todos los días trabajamos para dar seguridad”, aunque en la última semana dos hechos de violencia extrema han puesto a Tamaulipas en todos los medios de comunicación nacional y extranjeros como el caso de Nuevo Laredo donde un grupo de soldados asesinó cruelmente a cinco jóvenes que estaban totalmente desarmados y el caso de Matamoros que, según el doctor Villarreal y el Fiscal Irving fue una confusión, pero fueron ejecutados dos norteamericanos.
Pero bueno, estuvo bien que estuviera y no estuviera en Matamoros, porque llevar tal número de guardias y estar en eventos en lugares cerrados sin dejar entrar al noble, sabio y luchador pueblo de Matamoros, es como nunca haber estado en ese municipio. Es como ir y no probar los Clamatos que preparan en el Bar El Alazán o comer tacos de Barbacoa en el mercado, los de borrego abajo del tetrápodo o los de harina de la cafetería El Pasaje, las costillas de Mi Pueblito o la carne asada de Los Primos y etc., etc., etc.
En fin, nada bueno se puede esperar de alguien que simula en ir y no estar, ojalá que en esta veloz gira haya podido establecer una mejor comunicación con el presidente municipal, Mario “La Borrega” López, porque si esta hubiera sido buena hace una semana, es seguro que Tamaulipas nunca hubiera sido señalado por la inseguridad que tiene, por la impunidad con que actúan los bandidos y en especial, porque se demostró una vez más el fracaso de las mesas de seguridad, las becas a los jóvenes y los Abrazos No Balazos. Ni más ni menos.
De salida. Se informó que a Matamoros llegaron 200 militares y 100 integrantes de la Guardia Nacional con el fin de reforzar la seguridad de la franja fronteriza del estado.
Sin embargo, parece que estos militares y guardias nacionales son los mismos que acompañaron el mes pasado al gobernador Américo Villarreal Anaya a Nuevo Laredo, ya que es el mismo número de elementos.
Si esto es así, pues vaya que le ha crecido su guardia personal, aunque siempre dan a conocer que van a la frontera a dar una mayor seguridad, pero nunca se quedan, y sí, van a reforzar la seguridad, pero del mandatario estatal y su esposa. ¿Qué les parece?
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