Nunca consolidaron su poca o mucha participación y al no salir elegidos por “la encuesta” ahora protestan, patalean y amenazan con ir hasta MORENA nacional para exigir que Carlos Peña Ortiz no sea el candidato a la presidencia municipal de Reynosa.
Por lo que se sabe en MORENA se gana una candidatura con dinero o con suficientes votos para pelear una posición y por lo visto ninguno de los que protestan contra Carlos Peña tiene los suficientes votos o el dinero como para arrebatarle la candidatura.
¿A poco se creyeron que esto era realmente democrático y transparente? Nombre la lucha libre es más real que la política y vaya que no tiene credibilidad entre la gente, pero emociona y anima a la fanaticada.
Así que los diputados Magaly Deandar, Marco Gallegos y Humberto Prieto, en lugar de protestar deberían de estar agradecidos con AMLO y MORENA por ser legisladores sin merecerlo, nunca en su vida han luchado por la izquierda, ni se identifican con las ideas progresistas y aún, así, llegaron al Congreso de Tamaulipas.
El caso de Armando Zertuche se cuece aparte y su molestia tiene más sustento, es de los pocos militantes de la izquierda que no ha parado de estar activo en el panorama político, desde hace más de 20 años, pero en esta ocasión parece que se entusiasmó por la candidatura y su derrota debe asimilarla pronto, porque él más que nadie sabe cómo se las gastan en el Comité Central.
Lo mejor que pudieran hacer los legisladores es unirse a Carlos Peña Ortiz y ayudarle en su campaña política, en MORENA nacional no van a retroceder con la decisión tomada y mucho menos cuando saben que Peña Ortiz tiene una estructura política formada desde hace más de cinco años y esa los hará ganar las elecciones. Ni más ni menos.
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