Sin embargo, los voceros institucionales han sido lanzados para que argumenten porque el exgobernador no debe ser candidato y todo indica que en Casa de Gobierno están muy nerviosos por su posible incursión en el panorama político estatal.
Y es que sí Geño Hernández acepta ser candidato del Verde revivirá el geñismo en todo el estado, se activarán sus seguidores, los ex priistas que lo apoyan y se han quedado al margen de la vida política en los últimos dos sexenios.
Cabe señalar que los geñistas fueron excluidos primero por los panistas de Cabeza y ahora por los simpatizantes de MORENA. De tal manera que llevan más de una década en el destierro de la participación política porque Cabeza buscó desaparecerlos a como diera lugar.
Pero como en la vida nada es eterno, ahora Geño, su grupo y miles de los simpatizantes que tiene, es posible que, en estas próximas elecciones, resurjan como la gran fuerza política que son y que las fuerzas del mal en el pasado reciente intentaron desaparecer.
Sólo existe el inconveniente de la petición de presentación que un juez texano ha solicitado para que Geño vaya ante la corte, pero si el Instituto Nacional Electoral y las leyes mexicanas lo aprueban como candidato -porque aquí en México ya quedó demostrado que no tiene ningún delito por investigar, entonces, tiene todo el derecho de ser candidato.
La fuerza política que Geño tiene en Tamaulipas es un tema que MORENA, el PT y el Verde, deben analizar para incluirlo en su proyecto y sin razonarlo mucho todos saben que a los tres partidos les conviene tenerlo en sus filas para que los apoye a refrendar el triunfo electoral del gobernador Américo Villarreal Anaya.
Lo más conveniente para Geño, desde el punto de vista legal como político, es que sí debe ser candidato al senado, porque va a ganar y después ya con el fuero constitucional, podrá ir a resolver su caso a Texas.
La decisión que debe tomar el exgobernador Eugenio “Geño” Hernández Flores no debe ser nada fácil, pero si el destino lo ha puesto en esta encrucijada, en este dilema, debe decidir lo mejor para su tranquilidad y si eso implica ser candidato al Senado de la República no debe hacer a un lado esta valiosa oportunidad.
En fin, lo más importante es que a nivel nacional siguen viendo a Geño Hernández como un político fuerte, creíble, que no tiene nada que esconder, porque ha sido víctima del autoritarismo, de la injusticia y la impunidad con que se actuó en su contra y es justo que llegue al Senado de la República para que dé cuenta al pueblo de México por todo lo que ha pasado.
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