sábado, 6 de enero de 2024

AMLO acabó con la meritocracia

Hasta que llegó Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República se pensaba que la clave para prosperar era “una buena formación” y luego, con esfuerzo y sacrificios, hacer una carrera laboral para alcanzar el éxito dentro del sector –público o privado- que se eligió para trabajar.

Sin embargo, AMLO en México acabó con eso que llaman meritocracia y existen cuatro ejemplos que lo confirman: cuando propuso que un ingeniero agrónomo fuera el Director General de PEMEX y una licenciada en Historia y Arte estuviera al frente de la Coordinación Nacional de Protección Civil.

Lo que López Obrador buscó siempre en sus colaboradores es que fueran 90% leales y tuvieran 10% de conocimiento de lo que harían en su responsabilidad pública y por supuesto, que ambos han cumplido lealmente con AMLO, pero los resultados que presentan en su labor son muy lamentables para el país.

El endeudamiento de PEMEX, la incapacidad que ha tenido para producir gasolinas y el crecimiento del huachicol es una muestra de ello, sin mencionar que en la definición de la política petrolera nunca interviene y no decide que le conviene más a petróleos mexicanos, la empresa pública que dirige porque realmente no sabe.

Y en el caso de la Coordinación Nacional de Protección Civil es más que evidente lo sucedido en Acapulco con el Huracán Otis, el cual pudo ocasionar menos daños y pérdidas de vidas humanas, pero a la población no le avisaron a tiempo y no pudieron encontrar refugio y proteger sus bienes para evitar mayores pérdidas.

El caso de Lenia Batres, quien fue propuesta de AMLO para ser ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es un tema extremo, ya que sin tener la debida experiencia y trayectoria en el poder judicial de la federación llega a ser ministra y eso mismo le ha permitido hablar sobre lo que no sabe y debe saber, pero cumple con el 90% de lealtad que es lo que pide el tabasqueño.

De tal manera, que Lenia es ahora una ministra de justicia de AMLO, pero como el tabasqueño se dice representar al Pueblo, ese ente invisible y poderoso, ahora le ha bautizado como la Ministra del Pueblo… imagínense ustedes. Como si los otros 10 ministros de la Corte fueran extraterrestres.

En Tamaulipas, Andrés Manuel López Obrador también acabó con meritocracia en el panorama “político” y terminó de tajo con los sueños y esperanzas que muchos aspirantes mantuvieron por largos años y algunos de ellos hicieron todo para lograr la gubernatura del estado.

De tal manera que el tabasqueño inició una nueva etapa en Tamaulipas como la llamada herencia del poder, es decir, que Américo Villarreal Anaya sin tener mérito alguno para ser gobernador, porque nunca hizo un mínimo esfuerzo para buscar esa posición, la consiguió, por el simple hecho de llevar el nombre de su padre y eso lo hizo ganar las elecciones.

Sin duda que AVA cumple con creces los requisitos de AMLO para ser parte de su séquito de gobernadores fanáticos: 90% de lealtad y 10% de conocimiento. Con lo cual es más que suficiente para que sea uno de los gobernadores más fervientes y sumisos que tiene en el país.

Por esto López Obrador cada vez que puede, desde su Show de La Mañanera, hace evidente lo que hizo al elegir al doctor Américo Villarreal Anaya y en la última lo mencionó diciendo:

“Entonces, no voy a dejar de felicitar al pueblo de Tamaulipas. Eso ayuda mucho, porque entonces se tiene una autoridad que representa al pueblo, una autoridad honesta, trabajadora, responsable. Y nosotros le tenemos mucha confianza, como le tiene confianza el pueblo de Tamaulipas.

… el pueblo de Tamaulipas nos dio un ejemplo a todos los mexicanos porque eligió muy bien a su autoridad, al gobernador, en circunstancias difíciles, porque hubo mucho miedo, infundieron temores, miedo, y, sin embargo, la gente salió a votar por un cambio.”

Los comentarios de AMLO en su Show, nos confirman que su decisión de elegir al doctor Américo
Villarreal Anaya a través de una “encuesta” fue un acierto, pero en los hechos actuales, son verdades a medias lo que dice, porque no es tan honesto, ni trabajador y mucho menos responsable como dice el tabasqueño que es… cuando se le presentan problemas, sea cual sea el tamaño de inmediato huye a la Ciudad de México a pedirle apoyo y eso no es ser responsable.

Pero bueno, López Obrador no conocía a Villarreal Anaya antes de 2018 y sí lo eligió fue por agradecimiento a su padre y porque su nombre aún era recordado por los tamaulipecos en ese momento de la elección y eso, a parte de los beneficiarios de los programas sociales, son quienes lo hicieron ganar.

En fin, sí los tamaulipecos salieron a votar fue porque “los que se fueron y ahora quieren volver” no supieron valorar la confianza que les otorgó “El Pueblo” de Tamaulipas, pensaron que la gente no se daba cuenta de lo que hicieron y que volverían a votar por los “Vientos de Cambio” que nunca llegaron en los seis años que estuvieron en el gobierno estatal.

Fue un sexenio perdido, pero en su momento esos vientos renovaron la esperanza del “Pueblo” por tener una transformación real y cómo podemos ver hasta el momento, esa transformación tampoco llega con Américo Villarreal Anaya, aunque su mentor se la pase hablando maravillas de lo que hace, cuándo no es realidad todo lo que dice… ni más ni menos.

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