Los senadores y diputados de MORENA han sido únicamente el instrumento dentro del Poder Legislativo que el presidente Andrés Manuel López Obrador utilizó durante todo el sexenio para reformar la Constitución, aprobar el Presupuesto de Egresos Federal y desaparecer los Fondos y Fideicomisos para utilizar el dinero que manejaban y tenían destinados a sus actividades.
De tal manera que los legisladores federales de MORENA redujeron su papel ante la gente y nunca más volvieron hacer las gestiones que sus antecesores hicieron en la época de los llamados gobiernos neoliberales, donde llegaron hasta intervenir en la elaboración del presupuesto federal.
Sin embargo, todo esto quedó eliminado al llegar la 4T a la presidencia de la República y su papel se limitó a seguir las instrucciones que les enviaban el mandatario federal como aquello de que “ni una coma les quitarán a las reformas que se les envían” para su aprobación.
Con esto quedó más que claro que AMLO lo que deseaba del Poder Legislativo era únicamente que le aprobaran lo que desde Palacio Nacional les enviaba y por lo que se observa la presidenta electa Claudia Sheinbaum continuara con esta forma actuar.
Les comentamos esto porque el senador electo, Waldo Fernández, parece que no entiende que los legisladores para la 4T son únicamente los portavoces del Poder Ejecutivo para que den a conocer los cambios a la ley ante la gente y por supuesto para que aprueben esos cambios constitucionales.
Es decir, si Waldo busca convertirse en interlocutor de los empresarios de Nuevo León, pues lo sentimos porque ese papel ya está ocupado por Marcelo Ebrard quien será el Secretario de Economía y Altagracia Gómez, coordinadora del Consejo Asesor Empresarial del gobierno y ellos serán los enlaces de la presidenta electa con los empresarios de México.
Así que sería mucho mejor que Waldo Fernández siga dando a conocer a la gente, al Pueblo, las 20 reformas constitucionales que López Obrador envió a los senadores y diputados para que las aprueben antes de que -en menos de dos meses- deje el Poder Ejecutivo.
De esta manera el senador electo por Nuevo León ya no se meterá en problemas con Ebrard y Altagracia antes de que inicie el Segundo Piso de la Transformación, porque se entiende que Waldo Fernández lo que busca es colaborar, pero a veces por andar haciendo cosas buenas se hacen cosas malas, aunque no lo sean.
Lo mejor que puede hacer Waldo es evitar que antes de empezar el sexenio le llamen la atención desde la Ciudad de México, porque eso sería como iniciar con el pie equivocado o, mejor dicho, como bien dicen por ahí… lo que mal empieza, mal acaba.
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