Cuando Andrés Manuel López Obrador termine su mandato cumplirá 26 años de campaña ininterrumpida: 20 años recorriendo el país y buscando llegar a la presidencia de la República y seis años más haciendo proselitismo político desde Palacio Nacional buscando reelegirse y aunque no pudo hacerlo sí lo consiguió a través de Claudia “La Favorita” Sheiunbam.
En los primeros 20 años de su campaña tuvo altos y bajos, pero siempre mintió y lo sigue haciendo. Dice que siempre le hicieron fraude y se defendía pidiendo transparencia y honestidad en el manejo de los recursos y AMLO dice que nadie le hacía caso.
Aunque muchos de los cambios que se hicieron en el INE para mejorar los procesos electorales se deben a su permanente lucha por la democracia, pero ahora él no cumple con lo que antes criticaba lo que confirma que siempre mintió.
Al final Enrique Peña Nieto, un mexiquense sin escrúpulos, ni principios lo dejó llegar a la presidencia de la República, no metió las manos en el proceso electoral y lo ayudo a ganar a cambio de que, a él y a su pandilla, no los investigaran por el saqueo cometido a las arcas nacionales.
AMLO lo ha cumplido porque Peña Nieto está fuera de sus críticas y juicios contra los expresidentes y con eso le paga ese favor, pero el nefasto mexiquense nunca supo lo que hizo y dejó en manos del tabasqueño mentiroso el país.
Así que para López Obrador en esta última elección le fue más fácil hacer ganar a su sucesora, ya que utilizó todos los recursos que el gobierno federal tiene a su disposición y lo consiguió de manera insólita y antidemocrática al sacar más de 35 millones de votos y ganar de igual manera el poder legislativo con el que puede hacer lo que quiera con las instituciones en México.
Sin embargo, si son alrededor de 40 millones de beneficiarios habría que revisar porque los otros cinco millones de personas no fueron a votar por los candidatos de MORENA.
¿Acaso serán los recursos de esos cinco millones de personas inscritas en el padrón de beneficiaros con los que se movilizaron para ganar la elección presidencial?
Es casi seguro que así fue, pero ahora con la boca llena, el triunfo en sus manos y desde poder, nos hablan de una revolución de las conciencias, pontifican sobre la democracia y con los bolsillos llenos comentan sobre la transparencia, la honestidad y a eso le llaman transformación.
En Tamaulipas, el gobernador Américo Villarreal Anaya cree que los tamaulipecos votaron por lo que ha hecho (¿?) pero no ha hecho nada y si votaron fue por AMLO a quien le pagaron con su voto el dinero que les regala cada cierto tiempo.
Esos tamaulipecos están convencidos que esa fue la mejor decisión, aunque no tengan agua, vivan en la inseguridad y no haya medicinas en los hospitales, centros de salud y no tengan donde dejar a sus hijos porque les quitaron las escuelas de tiempo completo.
Vivimos en un mundo al revés. Se habla de transformación, todos la festejan y no hay nada. Se habla de democracia y se gana comprando el voto a más de 40 millones de mexicanos y los beneficiarios de esa política, aunque no hayan hecho nada en su vida para merecer estar en el poder, hablan de libertad, respeto, humanismo solo en el discurso, porque en la realidad son todo lo contrario.
Aunque en este mundo al revés donde vivimos como dicen por ahí, el que piensa pierde y en esas andamos….
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