Vivir en México se ha vuelto muy caro y peligroso porque el gobierno de Felipe Calderón creó nuevos impuestos y aumentó el precio de la gasolina, la luz y el gas, y porque en el último año el secuestro, los robos y los asesinatos se han incrementado en todo el país.
Esta situación, tenemos que reconocerlo, es resultado de la política económica aplicada desde hace 25 años, y por ello, la sociedad vive hoy un clima de incertidumbre con un panorama falto de oportunidades y lleno de inseguridad y no vemos hasta cuando terminará.
Por ello, el gobierno de Calderón en lugar de aplicar una política económica diferente mejor activó un “radar para detectar riesgos”, es decir, puso a sus orejas en alerta para le informen -de inmediato- si en el país surge algún conflicto que amenace la gobernabilidad y los gobiernos estatales y municipales, las Delegaciones Federales y el CISEN lo auxiliaran al darle una lista de temas -como si no lo supieran- que pudieran afectar la estabilidad de las regiones a nivel nacional.
Nos informan que los reportes sobre los posibles conflictos serán mensuales, semanales y diarios con tres colores: verde, problemas que no rebasan los cauces institucionales; amarillo, asuntos que son atendidos por alguna instancia de gobierno y hay acuerdos, y rojo cuando un conflicto se torna violento generando ingobernabilidad y se hace necesaria la intervención inmediata de diferentes órdenes de gobierno.
El subsecretario de Gobernación, Abraham González Uyeda, dice que estas medidas “son instrumentadas por el gobierno para allegarse información de la problemática que incida en la gobernabilidad” y el objetivo es detectar y prevenir los conflictos y la atención coordinada de la problemática social.
No sabemos bien a bien si esta información -de las orejas en alerta- fue un anuncio o amenaza de parte del gobierno de Calderón porque no era necesario que lo hicieran ya que todos sabemos que el trabajo de recabar información política siempre lo ha hecho el gobierno. Por eso el Estado Mexicano es fuerte. Sin embargo, ahora con el Ejército y la Policía Federal recorriendo las calles del país todos los días y a todas horas, y con la orejas en alerta parece que vivimos, ahora sí, en una “Dictadura Perfecta”, tal y como lo expresó el escritor Mario Vargas Llosa hace algunos años.
En fin, esto nos indica también dos cosas: que el gobierno se prepara para detener las protestas que se darán cuando se apruebe la iniciativa de ley que vende PEMEX -en pedacitos- a los extranjeros. Y que busca prepararse con toda la información política -que surge en el país diariamente- para enfrentar mejor las elecciones del 2009. ¿Cómo la ven?
Cambiando de tema. Les comentamos que el delegado del SNTE en Tamaulipas, Florentino Balam Xiu, afirma que el sueldo de los maestros nunca ha sido redituable y tiene mucha razón. A penas les alcanza para sobrevivir y los aspirantes a una plaza lo saben muy bien. Sin embargo, creemos que muchos maestros buscan el trabajo por vocación pero también -no lo dudamos- muchos lo hacen porque sueñan en convertirse en dirigentes sindicales y ser algún día como la maestra Elba Esther Gordillo, quien después de 20 años de estar al frente del SNTE, se ha convertido en una de las mujeres más ricas y poderosas de México. ¿O no? Pero bueno, esperamos que al gobierno federal con el examen para obtener una plaza de maestro no se le formen nuevos problemas, y ojala que se inicie una época nueva en la educación de México. Así de simple.
Para finalizar, se confirma que el Senador José Julián Sacramento es oportunista. Dicen que a Mouriño lo trae a “marcaje personal” para que los recursos del FONDEN lleguen rápido a Tamaulipas. Aunque eso el gobernador Geño Hernández ya lo resolvió pero habría que preguntarle mejor al panista y ¿dónde estaba cuando Dolly?
Antes de irnos, el Negro Gamundi en la asamblea estuvo feliz. Su gurú Manuel Cavazos Lerma lo acompañó y nos dicen que vino agradecerle que a su junior lo hiciera dirigente de los jóvenes del PRI y luego delegado a la asamblea nacional. ¿Qué les parece? La oligarquía priista así actúa y luego se llaman demócratas. ¡Qué bárbaros!
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