
Sin embargo, los que saben de “aguacates” conocen que una elección local es distinta a la federal. Que el triunfo del PRI está condicionado porque se dará siempre y cuando los priistas repartan con inteligencia y habilidad el pastel, o mejor dicho el territorio, entre los grupos empresariales que lo dominan. Si no lo hacen, el escenario político puede complicarse, y el poder indivisible y absoluto que el Jefe Supremo ostenta actualmente pudiera fracturarse.
Por ello, es importante que los ataques y ventaneos que se dan contra algunas figuras de la política estatal se detengan ya que esto pudiera acelerar el fuego amigo, y con ello se iniciaría una guerra sin cuartel entre los aspirantes priistas y el anticipado triunfo tricolor pudiera caerse por la falta de prudencia y una buena estrategia de comunicación política. Así de simple.

Que estuvo acompañado de sus amigos Enrique “La Gaviota” Peña Nieto, Natividad González Parás, Humberto Moreira, Ulises Ruiz, Ramiro Garza Cantú y hasta Eugenio Hernández Flores. Y se comenta que el empresario Castillo Cervantes, quien es orgullosamente de Valle Hermoso, tiene mucha confianza en que Oscar Luebbert llegue a la candidatura del PRI al gobierno estatal porque según esto, se vería beneficiado por los millonarios contratos que le serían asignados. ¿Será?

Sin embargo, todos sabemos que Oscar buscará por tercera vez la candidatura al gobierno estatal y perderá nuevamente. Aunque ahora en compensación es posible que pida la Secretaria de Obras Públicas para que su exitoso padrino coloque a alguien de confianza y a lo mejor esto es lo que les preocupa a los del Cártel del Cemento. ¡Qué bárbaros! No tienen llenadera.

Por ello, el Jefe Supremo a pesar de que goza el poder absoluto en Tamaulipas y puede hacer lo que le venga en gana, tendrá que ser muy hábil para negociar con todos los empresarios el nombre de quien será el bueno, si no quiere que su reino se le derrumbe y ojalá que en esta ocasión no le gane la sinrazón.
Para finalizar, solamente les comentamos que tenemos claro que el PRI de Ricardo Gamundi volverá a ganar las elecciones de 2010. Que los priistas no tendrán opositores fuertes porque ya los barrieron a todos. Y ahora sólo falta que los empresarios se pongan de acuerdo en la “repartición del pastel” porque pocos pero muy pocos en este sexenio fueron los que ganaron. ¿O no?
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