Ellos son tres geñistas puros cuya trayectoria dentro de la política y del gobierno, inicia a partir de que Eugenio Hernández Flores empieza a sobresalir en el escenario estatal. Los tres tienen todo para ser los candidatos:
Arturo Diez, es el compadre feliz del Jefe Supremo y yerno consentido del dueño de Transpaís, quien tiene el monopolio del transporte público en Tamaulipas.
Javier Gil Ortiz, es primo en tercer grado del Supremo y representa a los empresarios de la zona conurbada del sur, y a los ganaderos del estado.
José Manuel Assad Montelongo, es amigo entrañable del Supremo y comerciante reconocido en la zona centro del estado pero además lo suplió en la Alcaldía de Victoria cuando renuncio para ser el candidato al gobierno.
Por otra parte, si uno de los tres fuera el candidato elegido sabemos que le darán continuidad a los grandes negocios que el geñismo dejará pendientes por realizar como el Mega Proyecto Turístico de la Pesca.
Además, no se meterán en la operación política del PRI porque también están convencidos que Ricardo Gamundi y Salomón Rosas, son los que más saben -por no decir que los únicos- de esta actividad en el estado.
No promoverán ninguna ley porque dejarán que Morelos Canseco sea el creador de ellas. No se meterán a controlar la política interna del estado porque dejarán que Toño Martínez Torres continúe en la General y además, a Jaime Rodríguez Inurrigarro será confirmado en la Procuraduría al igual que a Ives Soberón Tijerina en la Secretaria de Seguridad Pública y Alberto Berlanga Bolado en la de Obras Públicas.
En fin, si Diez, Gil o Assad llegan al gobierno estatal por ser empresarios, van a consolidar el geñismo como una corriente política empresarial, pero también afianzarán los grandes negocios que se emprendieron en este sexenio, así como a los nuevos empresarios que últimamente han surgido al amparo del poder en Tamaulipas. Así de simple.
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