La promoción cultural es una de las actividades que todo gobierno debe apoyar porque a los ciudadanos los acerca a las bellas artes; los motiva e invita a participar en su creación y sensibiliza sus sentidos para que puedan admirarlas con cierto conocimiento.
Es decir, una buena promoción cultural enseña a los ciudadanos a que aprendan a admirar el arte en todo su esplendor, y en el desarrollo de esta actividad, los promotores, creadores y maestros deben contar con espacios suficientes y de calidad para cumplir con esta misión.
Por ello, lo que en Madero está sucediendo en estos momentos ha generado algunas protestas de los ciudadanos, ya que la Casa de la Cultura ha suspendido sus actividades porque al parecer el edificio donde se encontraba fue vendido por el Patronato a un particular vinculado directamente con la directiva de esta asociación civil.
De tal manera que este irregular negocio mete mucho ruido porque el Patronato de la Casa de la Cultura de Madero A.C., está impedido legalmente para vender esta construcción, ya que el terreno donde se edificó esta institución cultural fue donado por el gobierno del estado de Tamaulipas y se comenta que entre las cláusulas se señala que al dejar de servir para la promoción, difusión y enseñanza de la educación y cultura de los maderenses, este bien inmueble pasará de inmediato ser parte de los bienes públicos del gobierno estatal. ¿Cómo la ven?
Por otra parte, quienes han realizado este irregular negocio quieren que los maestros, promotores, personal administrativo y de limpieza firmen su renuncia de inmediato para pagarles su antigüedad como si hubieran laborado de obreros generales, y esto estimados lectores, es inconcebible ya que algunos de ellos tienen más de dos décadas trabajando en este lugar pero en la enseñanza intelectual.
Pero bueno, el rumor en Madero es que hace un mes se vendió este edificio porque ahí se va a construir un centro comercial de primer mundo, ya que se encuentra en un lugar privilegiado como lo es la contra esquina de la Catedral de este municipio, o sea frente a la plaza principal donde está el estacionamiento subterráneo que nunca se terminó. ¿Qué les parece?
Y bueno, ya que hablamos de este asunto, nos acordamos que este jueves por la mañana vimos al exitoso constructor Fernando Cano a lado del delegado estatal del IMSS, Chucho Nader, al promotor y comerciante Faruk Fatemi Corcuera y al secretario de Administración, Alejandro Jiménez Riestra, desayunando en un restaurante de la capital del estado, y a todos ellos se les veía muy contentos.
¿Que de qué platicaban? Eso si que no podemos decírselos porque es un secreto que a lo mejor muy pronto se sabrá. Ni más ni menos.
Para finalizar, les comentamos que Olga Sosa Ruiz, la incansable, dinámica y siempre entusiasta dirigente del OMNPRI en Tampico no para de trabajar y sin importarle que sea entre semana, la organización que dirige llevó el pasado miércoles por la tarde una jornada más de apoyo social en la Colonia Tamaulipas.
Ahí se atendieron a más de 100 personas. Hubo aplicación de flúor para evitar la caries, así como corte de cabello pero también se dio un curso de dibujo infantil y un taller de manualidades. En apoyo a la economía familiar se vendieron a bajo precio pan de dulce, frutas, verduras y garrafones de agua purificada. Así como distintos productos para la limpieza como cloro, pinol, Fabuloso y Suavitel, que son muy necesarios en las labores de hogar. ¿Qué tal?
Con esto nos queda muy claro que Olga Sosa será llamada a trabajar con la próxima administración estatal en el área social, pero en el mismo puerto, ya que su permanente activismo en beneficio de las clases más necesitadas y de las mujeres le ha permitido conocer de cerca sus necesidades y demandas, y por lo pronto, en breve conoceremos algunos innovadores programas de apoyo a las madres adolescentes, que sin duda causarán impacto en la sociedad. Ya lo verán.
Antes de irnos, les comentamos que el sábado 11 de septiembre el Congreso de Tamaulipas llevará a cabo una sesión pública solemne en el Espacio Cultural Metropolitano de la ciudad de Tampico, para conmemorar la Batalla del 11 de septiembre de 1829, donde el Ejército Mexicano detuvo el último intento de la monarquía española por reconquistar el territorio mexicano. Este acto es un reconocimiento a la valiosa participación de la población que conforma la zona conurbada de Tampico, Madero y Altamira, donde se libró la crucial batalla que confirmó la independencia de México.
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