

Por ello, es urgente que el IFE reglamente que la nominación de candidatos, a cualquier puesto de elección popular, y la elección de dirigentes tiene que darse a través de un método democrático, abierto y donde participe -al menos- toda la militancia y no un grupo selecto de consejeros.

Por cierto, hablando de aguacates, nos dicen que el perredista Jorge Mario Sosa Pohl anda llorando y arrastrando la cobija por todos lados ya que no tiene recursos para mantener el PRD estatal.
Y ahora amenaza con exigirle a los perredistas que paguen su cuota cómo si no supiera que la mayoría de la militancia no lo quiere en la dirigencia. ¡Qué bárbaro!

Uno. Que subaste las candidaturas a la diputación federal y los interesados le paguen por entrar a la puja cien mil pesos. Dos. Que se las venda en paquete al PAN o al PRI para que mejoren sus estrategias. Y tres. Que se las venda al gobierno -federal o estatal- al fin que ellos le darán una mejor utilidad. Así de simple y de sencillo.


Así que el bueno será Agustín de la Huerta y llevará de suplente a Silvia Cacho quien esta luchando por obtener la plurinominal y es muy seguro que el CEN del PAN se la otorgue porque tiene muchos méritos para que se la den.
Y bueno, nos dicen que Pedro Zaleta será el candidato de Alternativa Social y que por el PRD se aventará el petrolero Josué Reyes Pérez quien fue expresidente del PRI maderense. ¿Qué les parece?
Y luego, Jorge Sosa Pohl se queja porque no tiene dinero pero lo que no tiene realmente es vergüenza, ni escrúpulos y ni principios porque nos parece que ya vendió la primer candidatura. ¡Hágame usted el favor!
Para finalizar, el Consejo General del IFE aprobó un tope de campaña para cada candidato a diputado federal de 812 mil 680 pesos. Esto significará que como máximo cada partido podrá gastar en la campaña de sus aspirantes 243 millones 804 pesos incluido el financiamiento publico, el autofinanciamiento que logre cada institución y las aportaciones de simpatizantes y militantes.
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