lunes, 2 de mayo de 2011

¿Y las cuentas de Inguanzo?

La Cámara de Diputados detuvo la aprobación de la Reforma Política que el Senado había aprobado por mayoría, porque la lucha por la candidatura del PRI a la presidencia de República se disputa en el Poder Legislativo federal.


Y es que el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, tiene dominada a la mayoría de los diputados federales y puede hacer con la Cámara Baja lo que quiera, o lo que mejor le convenga a su proyecto político.

De tal manera que esto al senador Manlio Fabio Beltrones, quien tiene el control de la Cámara de Senadores, no le ayuda en nada para posicionarse entre el electorado y las reformas que fueron aprobadas por sus compañeros legisladores -como la de seguridad nacional y la política- no fueron prioridad para los diputados, es decir, para Peña Nieto, y las metieron a la congeladora.

Así que esto nos demuestra que el gobernador mexiquense lo único que busca es el poder por el poder, que no es su finalidad buscar el perfeccionamiento de la democracia, para que sea más abierta, plural y transparente, no, lo que busca es que los concesionarios de la política -PRI, PAN, PRD y los demás- continúen quedándose con el poder para seguir usufructuando con sus imposiciones. Ni más ni menos.

Pero bueno, el diputado Paco Rojas, quien es pastor de los priistas en la Cámara de Diputados, asegura que “pretender que un sólo grupo parlamentario se haga responsable de sacar adelante una reforma legislativa, es incentivar una forma de autoritarismo que los mexicanos no queremos”.

Que los diputados del PRI “tenemos plena convicción de mantener el proceso legislativo ajeno a afanes electoreros y al protagonismo de aspiraciones personales o de grupo. ¿Será? Pues claro que no, porque esto simplemente en México nadie se lo cree. Está al servicio de su gobernador Peña Nieto y eso es evidente. Así lo demuestran los hechos legislativos.

En fin, si los diputados de Peña Nieto hubieran aprobado la Reforma Política es posible que el escenario se hubiera oxigenado con nuevos actores, con nuevas ideas, proyectos, esperanzas y es posible que hasta la confianza y la credibilidad en la política hubiera vuelto en el país.

Claro, pero a lo mejor también Enrique Peña Nieto ya para estos momentos no sería el candidato favorito del PRI para ganar las elecciones presidenciales, porque en la sociedad mexicana existen muchos ciudadanos que sin ser gobernadores, ni políticos, ni militantes de algún partido, tienen una mayor presencia que él, y esto lo hubiera puesto al borde del fracaso. Así de simple.


Para finalizar, si los gobiernos municipales de Matamoros y Gómez Farías solicitaron al Congreso de Tamaulipas que se revisen nuevamente las cuentas públicas de los ejercicios 2008-2010 y ya le dieron trámite, sería una excelente idea que lo mismo hicieran la maestra Magdalena Peraza Guerra y Jaime Turrubiates, para que pidieran que la Auditoria Superior del Congreso de Tamaulipas hiciera lo propio con las cuentas públicas de Oscar Pérez Inguanzo y Checo Posadas Lara, quienes por cierto, nos dicen que aún se siguen riendo junto con su pandilla, de la ley de responsabilidades de los servidores públicos, porque ésta, junto con los diputados serviles y agachones, les hicieron lo que el viento a Juárez. ¿Qué tal?

Antes de irnos, desde Altamira nos dicen que el diputado federal Javier “El Berrinches” Gil Ortiz envió desde Cancún piñatas y dulces para festejar a los niños altamirenses de las 320 colonias que tiene este municipio.

Que los regidores Roberto Polanco y Guadalupe Cerna, así como el ex presidente del PRI, Gorgonio Carreón, el ex síndico Germán López Gutiérrez y Jorge Tahuil, lo hicieron en su representación, pero nadie se explica por qué no fueron sus consentidos, los diputados Griselda Carrillo y Armando López. ¿Acaso ya lo traicionaron? Pues, si esto es así, no sería nada extraño, ya saben que en la política esto es lo más normal que suceda. ¿Qué les parece?

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