martes, 1 de mayo de 2012

Esdras se destapa por Madero

En el círculo cercano a Enrique Peña Nieto ha trascendido que el diputado Javier Gil Ortiz presume de ser el coordinador de la campaña presidencial del mexiquense en la zona metropolitana del sur de Tamaulipas, sin embargo, esto no es cierto.

Nadie lo ha visto operando y los que saben de su paradero aseguran que se la pasa en Cancún, donde ahora vive muy cómodamente con las “ganancias” que sacó de los negocios que hizo cuando fue alcalde de Altamira.

Esto nos indica que el diputado Gil Ortiz a como dé lugar quiere volver al escenario político, como si su primo Geño estuviera aún en el poder, pero se le olvida que después de su gestión municipal quedó apestado en Altamira por su conducta -se limpiaba las manos con desinfectante después de saludar a la gente- y nunca aprendió a ganarse su apoyo, así que en poco tiempo se ganó la animadversión de los altamirenses.

Desde luego que esto debe saberlo Luis Videgaray Caso para que Gil Ortiz no lo engañe porque además se le olvida que la Auditoria Superior del Estado puede revisar nuevamente sus cuentas públicas y puede encontrar muchas irregularidades que el poder su primo le tapo para que no le hicieran nada.

El caso es que el diputado Javier Gil Ortiz aún quiere volver a la política pero sería bueno que lo hiciera allá en Cancún, Quintana Roo, donde ahora vive y nadie lo conoce y donde además su primo mantiene cierta cercanía con el poder local. ¿Cómo la ven?

Para finalizar, la fiesta de cumpleaños del petrolero diputado, Esdras Romero Vega, fue el inicio de su carrera por la Alcaldía de Madero y sus amigos, familiares y principales porristas ya se imaginan sentados en el poder municipal, repartiéndose el dinero público así cómo lo hizo Sergio Posadas Lara y hasta el momento nadie le hace nada, ni mucho menos le dice algo, porque su padrino Don Corleone Romero Deschamps, otro bandido de mil uñas y sin escrúpulos, lo defiende y lo hará diputado federal.

¿Qué tal? Este es el México impune y corrupto con el que debe acabar el próximo presidente de la República. ¿O no? Pues si es no. Que siga la fiesta. Qué más da. Ya veremos hasta donde se llega. Así de simple.

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