Uno de los retos que Josefina Vázquez Mota enfrentó en la elección presidencial fueron las traiciones al interior de su partido, en el gobierno federal y las que le jugaron los gobiernos estatales panistas. Tanto fue así que Felipe Calderón no hizo absolutamente nada para apoyar su candidatura, y se comenta que esto lo hizo porque Chepina no era su candidata y por esto nunca a nadie de sus colaboradores le pidio que la ayudara.
Es más, los gobernadores panistas se quedaron esperando la orden presidencial para apoyar su campaña pero ésta nunca llegó, y Josefina se quedó sola luchando contra el PRI y el PRD, quien al final de la contienda hasta la rebasó. Sobre este asunto ya se ha comentado mucho pero la falta de apoyo presidencial fue evidente, por eso el PAN ganó solo en tres estados como Nuevo León, Tamaulipas y Guanajuato.
En el caso de Nuevo León podemos asegurar que el principal enemigo del PRI fue el gobernador Rodrigo Medina, quien a lo largo de su mandato ha mostrado su ineficiencia para gobernar, su falta de sensibilidad política para interpretar lo que los ciudadanos desean y su falta de visión para conocer las prioridades del estado y responder con claridad y transparencia las demandas de la sociedad.
Medina ha llegado a convertirse en un gobernador socarrón con sospecha de corrupto y muchos neoloneses quisieran que Enrique Peña Nieto lo invitara a ser embajador de México pero en Australia, las Islas Fidji o en Malasia, países que se encuentran al otro lado del mundo porque la verdad, en Nuevo León ha hecho mucho daño.
Tamaulipas es un caso especial porque el fracaso del PRI se presentó por la ineficacia y falta de experiencia política del tricolor para enfrentar este tipo de retos electorales, y porque se eligieron malos candidatos y en algunos casos sin trayectoria política, y en otros con mucho recorrido y la gente ya los tenía por muy vistos.
Así que nadie puede culpar al Jefe Máximo porque aquí le fallaron sus colaboradores, a quienes delegó toda su confianza y los recursos necesarios para que le respondieran con éxito y no pudieron hacerlo.
Por ello, muy pronto saldrán del PRI y de los espacios gubernamentales donde la política local se maneja, para que vengan otros a remediar lo que dejaron de hacer éstos que se van, ya que en Tamaulipas se tiene casi encima el próximo proceso electoral local, y es necesario que llegue otros operadores a tratar de rescatar lo poco que quedó del priismo.
Pero bueno, se dice que en Guanajuato al parecer Acción Nacional ganó por una concesión que el PRI de Enrique Peña Nieto hizo con Vicente Fox, quien se abrió públicamente para darle su apoyo y con esto muchos panistas de todo el país votaron por su candidatura.
En fin, hemos querido recapitular este asunto de la elección presidencial porque al escuchar que el diputado electo, Enrique Cárdenas del Avellano, asegura que el fracaso del PRI en Tamaulipas fue por el derroche que los delegados federales hicieron para apoyar a los candidatos panistas, pues esto realmente no es cierto.
Es una mentira, un invento del diputado electo que busca tapar la ineficacia y por supuesto que hayan puesto muy malos candidatos a competir. Porque si esto hubiera sido así, la candidata panista Josefina Vázquez Mota en este momento estuviera festejando su triunfo electoral. Ni más ni menos.
Al cierre. Si Enrique Junior quiere tapar el sol con un dedo, como antes lo hizo su padre, pronto se va dar cuenta que los tamaulipecos ya no creen fácilmente las mentiras que cubren la incompetencia, la arrogancia y la soberbia. No son tan ñoños como muchos de sus amigos que le festejan todo lo que dice, con tal de complacerlo. Y si quiere la candidatura del PRI al gobierno estatal es importante que sepa desde ahora que Victoria no es Tamaulipas. Así de simple.
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