Es decir, lo que Calderón pretende es cambiar votos por dinero y quiere que los gobernadores les sugieran a sus diputados que apoyen su propuesta, y si lo hacen, les dará recursos federales para que los apliquen en las obras que tienen proyectadas en sus planes estatales de infraestructura.
Y es que al final de cuentas, el gobierno federal sabe muy bien que los gobernadores mandan sobre los legisladores más que los dirigentes priistas como Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones, Francisco Rojas o el mismísimo Enrique “La Gaviota” Peña Nieto porque sus decisiones las toman en función de sus intereses locales.
Por lo tanto, los estados de Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Durango, Aguascalientes, Chihuahua, Tlaxcala, Sinaloa y Zacatecas podrían cambiar votos por dinero pero esta decisión provocaría que los mexicanos tuviéramos que pagar más impuestos y el ambiente social se tensaría más de lo que esta porque no hay inversión, empleo y si muchos impuestos que pagar.
Pero bueno, habría que comentar que los recursos del presupuesto federal que están en negociación son más de 120 mil millones de pesos. Así que Felipe Calderón pudiera salir victorioso con el apoyo de los gobernadores priistas, quienes tendrían dinero suficiente para las obras de sus estados pero en cambio los mexicanos tendríamos nuevos impuestos. ¿Cómo la ven?
En fin, con esto lo que Calderón pone a prueba es la influencia que los dirigentes del PRI tienen sobre sus diputados y la lealtad que los gobernadores y los legisladores priistas tienen con su partido y con los electores quienes, al final de cuentas, los llevaron a la Cámara de Diputados para que actuarán a su favor y no en su contra. ¿Qué les parece?
Por cierto, acá estaremos pendientes de lo que nuestros diputados hagan o dejen de hacer porque si votan a favor de los nuevos impuestos los denunciaremos ante sus electores y esto nadie se los perdonará en su futuro político. Así de simple.
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