viernes, 25 de septiembre de 2009

La pobreza, Manzur y Gil en el sur

Si los diputados priistas fueran más perspicaces, aceptarían de buena gana el presupuesto que el gobierno de Calderón les presentó para el 2010, en lo que respecta al combate contra la pobreza. Y es que todos sabemos que los panistas, a pesar de tener el poder presidencial, en lugar de avanzar políticamente en el país aprovechándose de los recursos federales, lo único que han hecho es simplemente retroceder.

Ya que nunca, a partir de Fox, y lo que lleva Calderón en el gobierno federal, han dado muestras de aplicar una política social que pueda organizar a la sociedad, de tal manera que la articule para sus proyecto políticos. Así que los diputados priistas no deberían preocuparse porque el gobierno federal aumente el presupuesto contra la pobreza, y mucho menos que traten de eliminar los programas que -aparentemente- se duplican, porque la mera verdad, los albiazules no saben cómo operarlos porque no tienen gente capacitada para hacerlo. Así de simple.

Este comentario surge porque el diputado Edgardo Melhem Salinas, hace unos días, en el Pleno de la Cámara cuestionó que del año 2006 al 2009, el gasto social que aplica el gobierno federal se había incrementado en un 150 por ciento y que este monto no se ha reflejado en la reducción de la pobreza. Estamos de acuerdo con ello pero tendríamos que aclarar solamente tres cosas, sin que esta observación sirva para defender a Calderón y a su pésimo gobierno:

Uno. Que las demandas de la gente han aumentado -educación, salud, infraestructura urbana y vivienda- porque la población creció en los últimos tres años extraordinariamente.

Dos. Que bajaron las remesas que llegan de los Estados Unidos así como los recursos petroleros, la inversión extranjera, el turismo y los empleos en las en maquiladoras.

Y tres. Que si a esto le aumentamos la crisis de la economía global pues vemos claramente que en todos los países del mundo esta situación afectó el desarrollo de la sociedad y por mucho que le invirtieran los gobiernos nunca le podrán ganar al crecimiento de la pobreza. Ni más ni menos.

Pero bueno, por experiencia conocemos que la lucha contra la pobreza se gana con dinero, inteligencia y mucha voluntad. Es decir, se gana a través de la organización social, la participación democrática de los ciudadanos y con inversiones en programas y acciones, donde la gente es el eje principal de la actividad a desarrollar o financiar.

Donde los ciudadanos organizados a través de una asamblea comunitaria o como le quieran llamar, puedan definir las prioridades de las obras que más necesitan como escuelas, centros de salud, drenaje, agua, electrificación y proyectos productivos.

Y es que nadie más que la gente de las colonias, ejidos y comunidades saben lo que necesitan, y hasta dónde pueden llegar de manera organizada. Así que mientras el gobierno, en sus tres niveles, tenga más programas de lucha contra la pobreza que abarquen todas las actividades de los ciudadanos en su vida cotidiana, pero bien organizados, se podrán ir bajando los indicadores de la pobreza y todos los problemas que se derivan de ello como por ejemplo, la inseguridad. ¿Verdad que si?

Cambiando de tema. En Tampico se comenta que los priistas Gabriel Legorreta Sthepen y Miguel Manzur Nader, andan muy entusiasmados buscando la candidatura a la presidencia municipal pero allá en el puerto, bien que se sabe, que de los dos… no se hace uno.

Sin embargo, ambos empresarios son exitosos y toda la sociedad se los reconoce. Legorreta lo que mejor sabe hacer es vender carros, camionetas y camiones, y Manzur Nader, camisas y zapatos, pero también carne asada, whiskis, tequilas y cervezas, lo cual nada tiene que ver con las actividades del gobierno y la administración pública.

Pero bueno, lo que pasa es que ya es tiempo que los empresarios se dediquen a lo suyo, que es hacer dinero, y dejen que los políticos y especialistas en políticas públicas y finanzas, hagan las actividades propias a su profesión ya que para dedicarse al gobierno definitivamente hay que tener vocación porque ahí no hay negocios. ¿Será?

Para finalizar, ya nos enteramos que el diputado Javier Gil Ortiz, sin importarle “el golpe de calor” todos los fines de semana, se promueve para la candidatura del PRI al gobierno del estado. Sus voceros aseguran que representa al Sólido Sur cuando en realidad la gente de Altamira y Aldama solamente votó por su proyecto a la diputación para que se fuera de esa zona porque ya no le aguantaban su insolencia y falta de respeto con los ciudadanos.
En fin, el asunto es que no podemos olvidar que Javier Gil Ortiz llegó a la política de manera circunstancial y no porque la política siempre le haya gustado o hubiera tenido vocación por el servicio público. Así que mejor debería de estar consciente de que esa “circunstancia” ya mero se le acaba y lo que mejor puede hacer es mantenerse quieto y cumplir con su papel en la Cámara porque luego vendrá el recuento de los daños políticos que hizo y eso no le va a gustar. ¿Qué les parece?

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