El Secretario de Educación, Diódoro Guerra Rodríguez, prefiere que la educación superior tenga cantidad en lugar de calidad, es decir, que existan más y peores escuelas, institutos o universidades, para que los jóvenes puedan perder su tiempo y luego titularse, en lugar de ir a estudiar y prepararse para desafiar al futuro con el conocimiento que les pudiera dar una sola institución educativa pero de buena calidad.
Y es que el boletín publicado por el gobierno de Tamaulipas de este martes 26 de julio de 2011, asegura que el Ingeniero Guerra informó que gracias a la política educativa del gobernador Egidio Torre Cantú, el estado posee una cobertura de planteles de nivel superior, que lo ubica en el cuarto lugar a nivel nacional, y que sólo es superado por el DF, Nuevo León y Sonora, lo cual no implica que tengan calidad educativa. ¿O sí?
Sin embargo, sin quisiera informar algo interesante lo mejor sería que diera a conocer si esas “instituciones educativas” son evaluadas constantemente por las autoridades; si cumplen con los mínimos requisitos para brindar educación de calidad a los jóvenes, y si los maestros tienen capacitad técnica y pedagógica para dar clases a nivel superior.
Así que nos parece un poco extraño que el ingeniero Diódoro Guerra presuma que en el estado existe una cobertura de 94 instituciones de educación superior, con 193 planteles que ofrecen mil 230 carreras profesionales, cuando conoce muy bien que el 90 por ciento de esas “instituciones” son completamente “patito”. Que no son evaluadas y gozan del permiso para ostentar el nivel superior, tan sólo porque aflojan un billete cada vez que las supervisan.
En fin, sería importante que si los secretarios del Gobierno de Tamaulipas no tienen nada que informar mejor no declaren este tipo de sandeces, porque en lugar de ayudar al paisano lo joden más, y casi estamos seguros que el ingeniero Diodóro Guerra nunca dijo eso y que no está de acuerdo con lo publicitado ya que en estas “instituciones” no se forma capital humano de calidad, sino grandes fortunas para los dueños que la verdad, eso de la educación no les importa en absoluto. ¿O si?
Cambiando de tema. El alcalde de Reynosa, Everardo Villarreal Salinas, es de los pocos presidentes municipales en el estado -tres o cuatro, no más- que están haciendo bien su labor al frente de sus Ayuntamientos, y eso no lo decimos nosotros nomás para aplaudirle y convertirnos en parte de su equipo de porristas, sino los más de ocho mil reynosenses que han sido atendidos en los primeros seis meses que lleva su gobierno municipal y esto se tiene que destacar. Así de simple.
Y es que en Reynosa con su labor ha generado un ambiente de confianza entre la ciudadanía, que lo califica con el 97% de aprobación, lo cual es mucho que decir, porque los pocos recursos que tiene, y los que llegan por parte de la federación se han distribuido y aplicado muy bien.
Así que los resultados de la gestión municipal hablan por sí solos, y es que darles atención y respuesta a más de ocho mil solicitudes en las 23 audiencias públicas “Cerca Te Escucho Mejor”, que se realizaron en los primeros seis meses de gestión no es nada fácil.
Pero bueno, esto lo comentamos para que luego no digan por ahí… que estamos resentidos, que somos aves de mal agüero y que todo lo vemos de color negro. No, se equivocan quienes piensan eso, porque siempre hemos reconocido a quienes se lo merecen y en el caso del Alcalde de Reynosa, Everardo Villarreal Salinas, es uno de ellos. Ni más ni menos.
Para finalizar, si el vocero del gobierno de Tamaulipas es Morelos Canseco Gómez, alias “El DOS”, pues deberían de darle información más actualizada para que responda con más elementos, porque luego llega a Palacio de Gobierno y si le preguntan del huracán, sobre el sarampión, dengue y de las multas de tránsito en Reynosa, luego luego responde, y se mete en cada lío que por eso este miércoles mejor ya no dijo nada, y lo felicitamos por tan acertada decisión.
¡Uf!... Por fin un día sin leer sus declaraciones… ¡Gracias DOS! tuvieron que darte un zape en EL NORTE para que se apaciguara. ¡Qué bárbaro!
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