Y es que asegura que su partido analiza este posible acuerdo político con mucha seriedad, ya que el PRD tiene “cierta presencia” en varios municipios del estado y esto pudiera fortalecer a los candidatos que salgan de esta coalición.
Por otra parte, la panista asegura que este acuerdo tiene por objetivo el ir ganando espacios en el estado, y es posible que esta misma alianza, si es que se da, pudiera llegar hasta las elecciones del 2016, cuando se renueve el gobierno estatal y nuevamente el congreso y los ayuntamientos.
Para quienes son leales militantes de estos dos partidos políticos este anuncio suena algo extraño, porque estas dos organizaciones ideológicamente son muy diferentes, son como el agua y el aceite y defienden proyectos de nación distintos.
Sin embargo, no dudamos que exista un acercamiento entre sus dirigencias, ya que al final de cuentas lo único que buscan, al decir de la legisladora, es tener más espacios de poder, claro, sin modificar la manera de ejercerlo y ahí está el detalle.
Porque de nada les sirve que estos dos partidos -PAN y PRD- formen una coalición solamente para ganar un gobierno o una mayoría en el Congreso, sin tener una justificación más consistente y cercana a las demandas de la sociedad, que atraiga la atención de los ciudadanos y que estos puedan ver en esta alianza de partidos a una auténtica opción de cambio.
Es decir, PAN y PRD se podrían unir para ganar más espacios de poder, pero nunca dicen que van a mejorar el gobierno o el congreso, que lo harán más transparentes, eficaces y de calidad, entonces, así que los ciudadanos de inmediato pensarán que se unen para cambiar y dejar todo igual. Así de simple.
En fin, si el PAN de Tamaulipas decide unirse al PRD este último saldrá fortalecido, ya que esta organización sólo existe en los medios de comunicación y sabemos de su presencia por el sin fin de pleitos que sus dirigentes constantemente tienen por los recursos que deja tener en sus manos esta concesión y ahora nunca lo hemos conocido por llevar a cabo alguna actividad que lo distinga o por realizar un evento que los pueda consolidar como organización política.
Así que el perredismo tamaulipeco -con esta posible alianza con Acción Nacional- saldrá ganando y lo peor del caso es que su permanencia en el escenario político estatal se la deberán a la derecha y no al trabajo que realizan como izquierda. ¿Qué tal, eh?
Sin embargo, el PRI de Ramiro Ramos debe saber que este “exitoso” empresario de la construcción, tiene dos derrotas electorales. Que las perdió con el panista Loncho Mejía y si llega una vez al escenario tiene todo para salir nuevamente derrotado.
Y es que sí Loncho es el peor de los candidatos que Acción Nacional ha tenido en el puerto, pues esto quiere decir que cualquiera que pongan a competir contra Manzur Nieto le ganará. Así de simple.
El caso es que el PRI pondría a competir nuevamente a otro Manzur y está comprobado que en Tampico, los grupos del poder económico no quieren que gobierne la ciudad un mexicano de origen libanes, por lo que es muy importante que esto lo tomen en cuenta en el tricolor antes de darle a Jorge Manzur Nieto nuevamente la candidatura, a menos que ya se tenga negociada así como Gamundi lo hizo con su primo Miguel. ¿Será?
¿Qué tal, eh? Ahora sí nos queda muy claro que el mentado Rabaguito no respeta a nadie con tal de llegar a la nómina. ¡Qué bárbaro! Esperamos que no le den nada para que sepa lo es estar en la fría banca y haciendo méritos de partido. Al final de cuentas nadie le debe nada porque el PRI por su culpa perdió las elecciones federales. ¿Recuerdan?
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