Ha trascendido que el diputado local Armando López Flores fue hace unos días a Querétaro a visitar a su Jefe Político, el ex diputado Federal Javier Gil Ortiz, y todo indica que lo hizo para recibir instrucciones sobre lo que tiene que hacer en esta etapa de su precampaña.
Nos aseguran que el legislador local fue acompañado por otros distinguidos miembros del casi extinto grupo de Gil, debido a que se encuentran muy preocupados porque saben que están en franca decadencia y si en la próxima elección municipal no repuntan con alguien en la alcaldía tienen muchas posibilidades de desaparecer del panorama político.
Sin embargo, es importante comentar que ya es tiempo que el diputado Armando López y compañía conformen una corriente distinta a la que armaron con Javier Gil para ayudarle en su proyecto sexenal, ya que estuvo en el escenario de la política solo porque su primo el ex gobernador Geño Hernández Flores lo activó en el PRI, cuando en realidad los geñistas Oscar Pérez Inguanzo, Arturo Diez Gutiérrez Navarro y él eran más panistas que Calderón.
Así que difícilmente creemos que Gil vuelva a participar porque su primo, quien lo hacía fuerte políticamente hablando, anda a salto de mata y escondiéndose por la orden de presentación que le giró la PGR y está en la mira de la autoridad, de tal manera que el tampiqueño avecindado en Altamira no creemos que se vuelva aparecer por este municipio un buen tiempo.
El caso es que Armando y los gilistas tienen la suficiente capacidad para no depender lo que les diga u ordene el mentado Gil, quien en lugar de ayudarlos lo único que hace es quemarlos con la gente quien aún recuerda como se limpiaba la mano con desinfectante después de saludarlos y además de los múltiples saqueos que realizó con toda impunidad estando en la administración municipal.
Cambiando de tema. Ahora resulta que César Guerra Montalvo, coordinador estatal del Programa Oportunidades, acusa al PRI y al delegado priista, Librado Treviño Gutiérrez, por manosear el programa asistencial con fines políticos. ¡Qué llorón! Ni aguanta nada y con esto se demuestra que los panistas aún no se van y ya empezaron a quejarse.
Pero deberían de esperarse un poco más para que vean cómo les va a ir en este cambio de gobierno federal porque ahora sí llegaron los que saben y esta no será la primera vez que alguien ligado al tricolor promueva los programas federales de asistencia social porque asimismo los panistas lo hicieron.
Ahí tenemos el caso del Senador panista Cabeza de Vaca quien al despedir a sus colaboradores de sus oficinas en la Colonia Del Prado en Reynosa, les dijo que los daba de baja porque los programas federales donde estaban dados de alta para cobrar se habían acabado y él no tenía para pagarles lo cual es algo inaudito que el panadero Guerra Montalvo debería explicar. ¿Podrá?
Pues sinceramente no lo creemos porque los panistas solo ven la paja en el ojo ajeno si poner atención como sus funcionarios y políticos utilizaron los recursos federales para su propio beneficio. Ni más ni menos.
Para finalizar, el alcalde de San Fernando, Tomás Gloria Requena, ha vuelto a amenazar con que cerrará la administración municipal porque se encuentra en bancarrota, esto mismo ya lo hizo una vez el año pasado pero el gobernador Egidio Torre Cantú lo rescató.
Ahora sale con el cuento de que podría cerrar las puertas de la alcaldía por unos 15 días, ya que tienen una deuda de 40 millones de pesos con diferentes proveedores y su administración no tiene ni para pagar el sueldo de los empleados y mucho menos para hacer obras y llevar a cabo acciones en beneficio de la sociedad.
No pos que bien, lo que busca otra vez Gloria Requena es que el gobernador lo rescate nuevamente y sería bueno que lo hiciera porque los ciudadanos no tienen la culpa que este alcalde sea tan mal administrador, pero a su vez sería conveniente que el gobernador le quitara el mando de la tesorería y desde la capital se le controlaran los gastos. ¿Cómo la ven? Sí no lo hacen, el próximo año volverá con el mismo cuento y así hasta que termine.
Al cierre. Agradecemos la llamada de la profesora Lupita Flores Valdez, subsecretaria de gobierno, siempre tan mujer, tan distinguida, amable, tolerante, inteligente y capaz para revertir la adversidad, en un espacio para el dialogo y el intercambio de ideas.
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