Cuando vimos que la Procuradora General de la República, Marisela Morales y el vocero de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré salieron a decir en conferencia de prensa que Tamaulipas está “bajo el control del Estado mexicano y que enfrenta retos de seguridad”, en comunidades identificadas, nos imaginamos que sabían que el gobernador Egidio Torre Cantú estaría en la Ciudad de México, o que algo trataban de ocultar para desviar la atención utilizando lo que ocurre en el estado.
Por ello, cuando nos enteramos que Calderón en reunión privada con empresarios nayaritas les confesó que era necesario fortalecer las instituciones porque “están totalmente debilitadas” de inmediato nos dimos cuenta que ésta era su intención.
Y es que Calderón con esta confesión nos demuestra que se encuentra agobiado y frustrado porque su gobierno ha sido un verdadero fracaso. Es más, nos aventuramos a decir que es el peor gobierno que hemos tenido a lo largo toda nuestra historia independiente, y ahora ya no sabe qué hacer porque se encuentra acorralado por las malas decisiones que ha tomado, y esto sí que es el colmo, porque ni el mismo Benito Juárez que andaba de un lado para otro con la presidencia en su carruaje, nunca se doblegó y con toda valentía y honor defendió a México.
Así que lo dicho por este debilucho y cobarde panista nos demuestra su falta de agallas, inteligencia y visión para seguir luchando y poner orden en el país.
¡Qué bárbaro! No cabe duda que los mexicanos hemos caído muy bajo con un tipo como este en la Presidencia de la República, y no me imagino cómo se sintieron los empresarios nayaritas cuando lo escucharon, pero es muy seguro que la mayoría se desconsolaron al oír esta atrocidad.
En la nota aparecida en El Universal, donde se explicaba lo que había sucedido en esta reunión privada, y que luego la quitaron de inmediato, porque sólo duró unos minutos, decía que Calderón les dijo que el gobierno federal tiene una “enorme, enorme, presión para que saque a las Fuerzas Armadas” de la lucha contra la delincuencia.
Que los jóvenes no creen en la familia y no creen en la política ni en Dios. Y puso el ejemplo de un muchacho de 19 años que en Tamaulipas admitió haber matado a más de 200 personas. Pero antes, explicó, como todas las mafias del mundo, entre ellas la siciliana, “se consideraban dueños de todo lo ilegal en esa plaza”.
Pero bueno, la Procuradora y el vocero de Seguridad Nacional hicieron su trabajo, pero nunca pensaron que este trascendido podría llegar a nuestras manos, y ahora, queda demostrado que el gobierno de Calderón utiliza los resultados de la violencia para taparle los desvaríos producto de la desesperación que vive, y que luego, expresa en las reuniones privadas que tiene con diversos grupos de la sociedad mexicana.
En fin, es demasiado tarde para que los legisladores federales pudieran agregarle un artículo a la Reforma Política, que está a punto de aprobarse en el Congreso, donde a los ciudadanos nos den oportunidad de quitarle el poder a un presidente de la República, a un gobernador o a un alcalde, que en los hechos no ha podido responder a las expectativas del desarrollo del país, estado o municipio. Porque este, sinceramente, ya nos tiene hasta la madre. ¡Ya basta! Y ojalá que se quede en Roma ahora que se va el domingo porque nos haría un gran favor.
Para finalizar, Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente de Coparmex nacional, dijo hace unos días que en México prevalece un debate polarizado entre quienes defienden una visión optimista de la realidad nacional y aquellos que contraponen una percepción totalmente opuesta. “Ambas posiciones, cuando caen en los extremos, coinciden en la falta de objetividad”, pero esto, debe reconocerlo el señor empresario es por la falta de un cambio de rumbo.
Sin embargo, el empresario expreso: “Los mexicanos enfrentamos retos mayúsculos, como la inseguridad pública, la corrupción, la impunidad, la pérdida de competitividad, el crecimiento económico insuficiente, la persistente pobreza de millones y la irresponsabilidad, confrontación y parálisis que privan en nuestro sistema político. Lo que procede es demandar una madurez republicana de todas las partes: un diagnóstico objetivo y compromisos con las soluciones que sólo están esperando la voluntad política, que hasta ahora ha faltado”. Ni más ni menos.
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