Hace unos días un grupo de distinguidos matamorenses fueron al puerto de Galveston, montados en sus poderosas HARLEY-DAVIDSON, y dicen que fue un viaje de placer y disfrutar el paisaje, pero algunos observadores políticos comentan que más bien fue para hacer grilla hacia el futuro.
Y es que en este grupo iban empresarios, comerciantes, agricultores y políticos del PAN y del PRI, donde destacó la figura del senador José Julián Sacramento Garza, el alcalde de Matamoros, Alfonso Sánchez y el ex gobernador, Tomás Yarrington Ruvalcaba, quien asegura estar en vacaciones permanentes pero -como se puede ver- sin dejar de hacer adobes para la política.
Así que al volver de esa convivencia el yerno de Jesús Roberto Guerra Velasco declaró de botepronto, que “no busca la candidatura a la diputación federal por el PRI, pero tampoco se descarta para contender en la próxima elección federal”.
Aclarando que todavía en Matamoros tiene un gran reto por delante, ya que faltan muchas cosas por hacer y “seguiremos trabajando para poder ir cumpliendo lo que los ciudadanos esperan de nosotros”.
Sin embargo, dijo que en la próxima contienda “se requerirá de gente que tenga todas las ganas y los conocimientos para ir como diputados… a pelear al Congreso los recursos… para seguir trabajando”.
Esta declaración de inmediato empezó a moverse y a comentar en los círculos cercanos al poder donde se construyeron cinco posibles versiones de lo sucedido:
Una. Que Tomás aprovechó este viaje de “placer y grilla” para cautivar y convencer al presidente municipal de Matamoros, Alfonso Sánchez Garza, de buscar la candidatura a la diputación federal, porque el PRI en ese distrito electoral no tiene otro mejor candidato que el alcalde mismo.
Dos. Que Tomás le aseguró a Sánchez Garza que triunfará en las elecciones y para comprobarlo se llevó a su amigo, el senador panista José Julián Sacramento Garza, quien buscará imponer a uno de los suyos como candidato del PAN a la diputación federal para que no le gane al alcalde priista.
Tres. Que Tomás le vendió la idea a Poncho Garza de poner al diputado Daniel Sampayo, su secretario privado, como alcalde sustituto en Matamoros, y así, no perderá los “pocos” negocios que está haciendo, se respetarán las posiciones que tiene su familia y su influencia dentro de la nómina no desaparecerá.
Cuatro. Si Sánchez Garza pierde la elección no habrá problema porque de inmediato pudiera volver a su posición dentro del Cabildo matamorense, ya que sólo pedirá permiso para ausentarse lo que dure la campaña política.
Y cinco. Si Poncho es el candidato del PRI a la diputación federal, Raúl César González García lo supliría en la presidencia y con ello, le estaría ayudando al gobernador a quitarse de encima un compromiso ya que el Secretario del Trabajo llegaría de manera técnica a la alcaldía y sin hacer campaña.
En fin, si Alfonso Sánchez Garza se convierte en candidato del tricolor a la diputación federal, y Raúl César llega a la alcaldía en su lugar, es muy posible que en la próxima elección, Daniel Sampayo sea el candidato del PRI a la alcaldía de Matamoros, sin tener el cuestionamiento de la familiaridad que existe con el actual alcalde, y esto le permitirá a Tomás Yarrignton matar dos pájaros de un tiro:
Pájaro uno: Su grupo vuelve a posicionarse del poder municipal y en su momento, volvería a pelear la gubernatura del estado.
Pájaro dos: Al convencer a Poncho Garza de ser el candidato a la diputación, le ayuda al gobernador Egidio Torre Cantú a descifrar el crucigrama político que tiene ante las próximas elecciones, y de alguna manera, le garantiza el triunfo electoral lo cual, le ayudará en el futuro para cuando le solicite su apoyo para que llegue Sampayo a la candidatura municipal. ¿Será? Pues quién sabe pero pronto lo veremos.
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