Marco Bernal anda por el sur

El diputado Manlio Fabio Beltrones declaró que al terminar la actual legislatura federal le gustaría dirigir el PRI nacional y un político con su formación, trayectoria y experiencia, nunca lo hubiera hecho públicamente sino estuviera seguro de conseguir esta posición partidista.

Y es que el sonorense es de los pocos priistas que fueron formados en la vieja escuela del respeto a las formas tradicionales de manejar la política, y nunca cometería el grave error de expresar este deseo si el presidente de la República no lo aprueba.

De tal manera que es casi seguro que Manlio Fabio llegue a la presidencia del PRI nacional y esto ha puesto a muchos políticos nerviosos, ya que sus aspiraciones para conseguir una candidatura disminuirían o quedarían fuera, ya que Beltrones le daría más oportunidad a quienes han apoyado su proyecto a futuro.

Con Manlio en el PRI muchos políticos inactivos y de la vieja guardia volverán y especialmente aquellos, que practican la ortodoxia del priismo partidista y esto, pudiera complicar la existencia de los actuales neopriistas.

Sin embargo, quienes conocen el proyecto político del presidente Enrique Peña Nieto no les causa ninguna alteración, que Beltrones llegue al CEN priista, sino todo lo contrario. Es decir, no les provoca absolutamente nada.

Y habremos de recordar lo que al principio del sexenio, el perredista Chucho Ortega comentó que el presidente de México y su equipo darían mucho de qué hablar por su pragmatismo político y si Beltrones llega al PRI es un movimiento que ya tenían previsto y no les inquieta para nada.

Así que ahora también recordamos que el primer mandatario de la nación, Enrique Peña Nieto, al estar la semana pasada en Cancún en el Foro Económico Mundial con los jóvenes líderes de empresa les dijo, que veía con simpatía las candidaturas independientes y reconoció que los ciudadanos desconfían y ya no creen en los partidos.

Que los políticos han perdido credibilidad porque ante la indolencia que tienen los electores para exigirles que cumplan con sus compromisos y promesas de campaña, estos se han convertido en sinónimos de la desconfianza y la mentira.

Y el presidente Peña Nieto casi al finalizar su intervención les expresó: “debe haber un espacio de participación política para los ciudadanos, ya sea a través de los partidos o de manera independiente”.

Estas palabras dejaron a muchos en la reflexión, porque ahora saben que el presidente podría apoyar a los candidatos independientes así como lo hace con algunos políticos del Verde Ecologista o del PRD, ya que al final de cuentas es el presidente de todos los mexicanos. ¿O no?

Para finalizar, el diputado Marco Antonio Bernal Gutiérrez estuvo en Altamira platicando con

empresarios sobre la Reforma Energética y luego acompañó al petrolero Esdras Romero Vega en su caminata por el centro de Altamira y esto vino a fortalecer al candidato priista, ya que Marco es gente de respeto y es uno de los poco políticos tamaulipecos que no tiene mancha en su curriculum.

Este viernes 15 de mayo se reunirá con periodistas y directivos de los medios de comunicación de Tampico y por la noche tendrá una cena con empresarios del sur de Tamaulipas y esto, confirma que el diputado matamorense anda muy activo y aún no se le puede descartar para el 2016. Ni más ni menos.

Al cierre. El diputado Ramiro Ramos Salinas, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Tamaulipas, informa que se propuso una iniciativa que reforma el Código Civil y de Procedimientos Civiles y se busca facilitar la separación de las parejas que así lo decidan.

Esta iniciativa pone a tiempo el Código Civil, ya existen innumerables inconvenientes para conseguir el divorcio y se busca que no sea costoso y se facilite, ya que es una carga extremadamente pesada para los conyugues, porque genera muchas veces problemas de salud y algunas causas que se invocan para obtenerlo resultan de difícil comprobación.

Así que ahora el divorcio lo podrá solicitar uno o ambos conyugues cuando cualquiera de ellos lo reclame ante la autoridad judicial, manifestando su voluntad de no querer continuar con el matrimonio, sin que se requiera señalar la causa por la cual se pide. Así de simple.