El dirigente del PRI, Ramiro Ramos Salinas, ha lanzado un llamado a los funcionarios públicos priistas y militantes con aspiraciones políticas que pretender ser candidatos, a una alcaldía o diputación local, para que se detengan, esperen los tiempos, y no hagan precampaña.
Y es que lo único que provocan es el alboroto en la gallera y el tricolor en las próximas elecciones pudiera salir a pelear muy desmejorado, débil y dividido por la lucha interna que genera la búsqueda de una posición.
Lo que busca Ramiro es frenar a los acelerados para que no choquen en su camino por una candidatura, y así, el priismo tamaulipeco llegue unido y fuerte para su compromiso a las elecciones del próximo año.
Sin embargo, los “suspirantes” le hacen al loco y cómo que no entienden este llamado a mantenerse tranquilos y esto pudiera restarle autoridad a Ramiro en su posición como dirigente del PRI en el estado, pero más vale que lo hagan porque la indicación viene de arriba, allá donde se manejan los tiempos y los nombres de los que saldrán elegidos.
Así que los suspirantes acelerados deberían tranquilizarse y luego ir a platicar con su dirigente estatal, para que le expresen porqué desean ser candidatos, quiénes los respaldan, qué propuestas tienen y que le digan por qué buscan adelantar los tiempos, si de antemano saben que el dueño del escenario maneja el termómetro de cuándo debe ser el momento propicio en que deben salir todos a trabajar por su partido.
Pero bueno, si van a buscarlo o no lo hacen por lo pronto nosotros aquí podríamos adelantarle algunas de las razones por las que los suspirantes priistas se andan peleando por ser candidatos y nos dicen que existen cinco justificaciones de peso:
Una. Que los panistas se han adelantado y están aprovechando el ambiente de triunfo electoral que les dejaron las elecciones federales y además, que están aprovechando las últimas “oportunidades” que aún les puede brindar el gobierno de Calderón.
Dos. Que lo hacen para reanimar y reactivar a los priistas y simpatizantes porque la última elección, quedaron muy decepcionados de los resultados que les ofreció su partido.
Tres. Que buscan posicionarse en la simpatía de la gente para que cuando inicie el proceso electoral ya se encuentren en el ánimo de la gente.
Cuatro. Hacen ruido y le tiran a la posición más alta a ver si les dan una diputación, regiduría, una dirección en el gobierno municipal o ya de perdido quedar en la nómina.
Cinco. Quieren negociar con el que será elegido y este les garantice una posición que este a su altura, un sueldo digno y varios lugares para sus gentes.
En fin, si el dirigente del PRI, Ramiro Ramos Salinas ve que su llamado a la tranquilidad no surte efecto entre los acelerados, entonces, debería de mandarles un caja de Dalay, un sobre con té de pasiflora, tila y flor de azahar, o en su caso para que se vea más político, lo mejor es organizar un gran almuerzo de la Unidad donde asistan todos y les vuelva a llamar a la coherencia, a la tranquilidad y lealtad con su partido y con los deseos del Jefe Supremo. Ni más ni menos.
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